¿Te sientes identificada?
- Te encanta cantar pero te cuesta horrores dedicarle ratos al canto. Todo a tu alrededor es más importante que tus hobbies y tus pasiones, te tiras la vida apagando fuegos y dejandote en último lugar.
- Te has acomodado a que no te guste tu voz ni tu canto y te gustaría salir de esa zona de confort que tanto te entristece y te apaga, porque sabes que cuando cantas, conectas con tu esencia.
- Imitas al cantar. No te gusta tu voz y te escondes tras identidades sonoras de alquiler, hasta tal punto que no sabes cómo suena tu voz realmente al cantar.
- Sientes que cuando cantas, eres más "tú". En tu día a día eres "la madre", "la trabajadora de X empresa", "la emprendedora", "la amiga", "la hija"... pero recuerdas quién eres en esencia cuando cantas con libertad (sobretodo cuando nadie te ve).
- Te la pasas canturreando, pero no te pones en serio. Te sabes un montón de canciones e incluso vas canturreando, eres melómana, te gusta el arte, pero eso de coger un micrófono y ponerte en primer lugar, te da vértigo.
- Tienes una banda, pero sufres en los ensayos (y también en los conciertos). Es posible que te ocurra esto: tienes una banda, un proyecto,... y cantas bien, pero te rasca la garganta, te cuesta proyectar (sobretodo en agudos) y cuando sales del ensayo tienes la garganta resentida.
- Estudiaste canto, sí, pero ya estás harta de ejercicios repetitivos y antiguos que no te dan los resultados que tú quieres conseguir con tu voz. Ejercicios donde tienes que exprimir el diafragma para cantar, escalas y arpegios repetitivos que no cambian nada en tu voz, calentamientos infinitos que te cansan más que prepararte... Se supone que haces lo que tienes que hacer como cantante, pero no notas cambios potentes y duraderos.
- En el fondo sabes que, con ayuda, podrías subirte al escenario más segura. Por mucho que digas que tienes vergüenza al cantar o que cuando cantas te haces daño, alguna vez has comprobado (quizás hace años) que sí puedes cantar e incluso subirte al escenario: sabes que no es imposible, así que crees que quizás, con ayuda, podrías lograrlo.
- El sueño de tu niña interna es como una brasa ardiente: parece que está apagado pero sigue ahí y sabes que sólo necesitas ayuda para encenderlo. En cuanto alguien te anima, te motiva, hay una oportunidad para cantar, una Jam Session donde te piden que cantes, un cumpleaños o una boda donde te piden que cantes, o si eres profesional, cuando te piden que cantes algo que te APASIONA (no sólo que "tienes" que cantar)... hay algo en ti, una brasa ardiente, que es capaz de encender el fueguito de ese niña artista interior que llevas dentro.
